martes, 10 de mayo de 2011

Hiperventilación




Hiperventilación/ Hiperventilación
Texto curatorial: Guillermo Santamarina/ Curatorial text: Guillermo Santamarina
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Hiperventilación.
Sistema de hiperventilación a un panorama en estado doliente por mediación de sinergismo. Para la ocasión de un acercamiento propiciado por la insigne Universidad de Guadalajara en su puntual programa de difusión del arte contemporáneo, Sector Reforma, trío de tenacidades, que ya es más un organismo (acelerado por los experimentos individuales de sus inquietos componentes: Javier Cárdenas Tavizon, Santino Escatel y Alejandro Fournier) que meramente una entidad (por la que muchos hemos sido generosamente beneficiados) orientadora del trabajo de incontables artistas, estalla e incrusta sus excedentes imaginativos, en un operativo de hiperventilación, sustentado por meticulosas observaciones del contexto histórico actual, y por denuedo poético que atiza valores aferrados a nuestra cohesión coetánea: lo nuevo pero paradójicamente vulnerable e indefectiblemente adjunto al devenir de lo obsoleto; o la búsqueda del éxito en el realismo, y la inevitable y consecuente exacerbación de la fragilidad personal; o la reparación de la fe como elemento preceptor de conmutación.


SISTEMA DE HIPERVENTILACION A UN PANORAMA EN ESTADO DOLIENTE POR MEDIACION DEL SINERGISMO
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2. Sobre la segunda capa que fusiona la presente hiperventilación y que Alejandro Fournier ha decidido esgrimir en carne propia, puede asociarse un antecedente emblemático en la historia del rock.: la aparición de la primera obra del legendario grupo británico King Crimson: In the court of the crimson king (Island records – Londres, 1969), emblemática de nacimiento melancólico y de conciencia última ante la ineludible deriva en un panorama de alienación. Obra, por cierto, muy apreciada desde temprana edad por el mencionado escultor, pintor, fotógrafo, y ahora corrosivo cantautor que presenta en la exposición su primera (no sabemos si única) exploración musical en la psicosis del siglo veintiuno.

Fournier –Joe from Wisconsin, para la situación- asimila un carácter (como Bowie o Barrett, en estados frenéticos) para una nueva etapa de su proceso, y como el personaje que aparece en la portada del Rey Carmesí (que por cierto, en algún momento de su adolescencia Alejandro interpretó en los muros de su casa), no postergará sus desasosiegos.

Aquí el comentario de Hippocampus recogido del portal Rate your music que refiere al conmovedor sentimiento que fluye por el famoso disco con que surgió el género de rock progresivo ya hace más de 4 décadas:

“So here’s this wonderful album that everyone seems to enjoy, but does everyone know what it means?

I talk to the wind
The wind does not hear
The wind cannot hear

The album takes a very negative and depressing look at society, an observation that evades most people, and points out the near impossibility of making it known to those who haven’t seen it for themselves. In that, it is a very sad album, envisioning a tragic and inevitable end to our civilization. Maybe you look around you and see disillusion and much confusion, but what can you do about it when no one listens? What kind of tomorrow can we expect when our leaders are just as hopeless as everyone else?

This is a monumental piece of music, a work of art that speaks on a very deep level and, certainly, one of the saddest albums ever known.”

Guillermo Santamarina.
(En el asfixiante otoño de 2010)